Aunque parezca increíble, la fiesta terminó hace unas horas y ya estamos escribiéndolo en el blog. Volvemos a actualizar esta página cibernáutica para los lectores del mismo con las reflexiones del día después de un día de migas. Decir que las migas quedaron en el olvido muy pronto, sobretodo debido a que todavía resuenan en nuestras cabezas lo de "pinchazos", los "semáforos verdes", y lo de "vamos todos a por Lolina que tiene más kilómetros que la bicicleta de Maeso". Reseñar el ejemplar comportamiento de culebrera, que por muchos excesos que hiciera y pese a no ganar ninguna partida de cartas, en ningún momento se sobresaltó.
Recordar las sentidas pérdidas de la paletilla que duró lo justo, la silla y de la pipa de la paz. También agradecer la riquísima tarta de manzana de Luci, el buen ambiente, y las cuentas bien hechas.
Y para la próxima fiesta nos va a hacer falta que la bajista se traiga su instrumento, así como una batería (de butano, que no hay vitro), y sobretodo, que la botella de leche sirva para la pipa, para que Jasito falso (al que podemos ver con su inseparable culebrera), pueda afinar como sólo él sabe